Talgo; ¿OPA a la vista?
“El truco no está en aprender a confiar en tus sentimientos más viscerales, sino en disciplinarse para saber ignorarlos. Mantén las acciones mientras que los fundamentales de la compañía no hayan cambiado”. Peter Lynch
Puedo prometerles que espiritual, emocional, ética y moralmente voy a apoyar a quien gane. Ese, y no otro, ¡es mi bando! Porque he aprendido que nada es seguro y todo es posible… para algunos muchos mientras pueda utilizarse la fuerza ¿para qué el diálogo? Sin embargo a mi parecer, las palabras siempre conservarán su poder, las palabras hacen posible que algo tome significado y si se escuchan; enuncian la verdad. Bienvenidos a la mía.
Por todos es archiconocido que la nueva Europa renacerá de la pandemia mediante el New Generation Fund, y que éste intentará resolver dos cuestiones clave para el futuro de sus ciudadanos. Les explico, por un lado su tradicional dependencia energética, y por otro la transformación digital de sus compañías. En Blackbird no somos ajenos a ello y es por este motivo que hemos canalizado un peso especialmente notable de nuestras inversiones hacia la transición ecológica en general y a la movilidad de las personas en particular.
Es obvio que el mundo está evolucionando a gran velocidad, y la manera que nuestra sociedad tiene de moverse ha cambiado para siempre, me refiero concretamente a medios de transporte medioambientalmente sostenibles y adaptados a un mundo que parece concentrarse en grandes núcleos urbanos.
El ferrocarril es uno de nuestros temas de inversión estrella, y concretamente en Europa vivimos en plena liberalización de dicho sector, buscando en los próximos años un cambio estructural en dicha industria en la que los gobiernos apuesten decididamente por la alta velocidad como solución a otra industria tan contaminante como la de la aeronáutica. Los bajos precios como consecuencia del incremento de la competencia se empiezan a notar en España, algo que irá sucediendo en el resto de países europeos a corto plazo, y en el resto del mundo en los próximos 25 años.
Las infraestructuras juegan un papel sumamente importante, así como la innovación y la tecnología. Como innovación tenemos al tren de hidrógeno, que vendrá para solucionar muchos inconvenientes en medios rurales o en economías emergentes que no puedan destinar grandes recursos, como por ejemplo India, a transformar sus vías en alta velocidad o implantar costosos sistemas de catenaria.
El gran número de contratos en licitación se multiplicarán durante los próximos años, siendo el tren eléctrico o de hidrógeno los más demandados, así como la alta velocidad por la propia liberación del sector o por la implantación del AVE en naciones de territorios vastos, como puede ser USA. Mi tesis viene a explicar que las grandes compañías de construcción y mantenimiento de material rodante necesitan alianzas estratégicas para poder salir vencedoras en los diferentes concursos.
Así vemos como el AVE británico podría caer del lado de Hitachi o Alstom, dos de los gigantes del ferrocarril. Una Alstom que tras comprar Bombardier, se ha hecho con el goloso contrato de cercanías en España, mal que le pese a la buena industria nacional representada por Talgo y CAF. En este sentido, considero la concentración como el futuro de la industria y el hecho de que Alstom y Siemens dieran el primer paso, no es más que una demostración de lo que está por venir.
Al final, Siemens se quedó compuesta y sin novio tras el fiasco regulatorio y la compra de Bombardier por parte de la francesa. Pero ahora, al parecer se abre la veda nuevamente tras el vencimiento de un pacto de accionistas firmado como Pegaso Transportation International que sujeta el 39% de la compañía al amparo del acuerdo entre Torreal, el fondo de capital riesgo Trilantic y la familia Oriol.
¡Ojo! porque este pacto vence el próximo año y me es simple pensar que el derecho de arrastre firmado y la vocación vendedora de Trilantic, pondrá claramente encima de la mesa el paquetito en busca de una alianza estratégica en forma de OPA amistosa o fusión. Dos son las compañías que encajan en la operación como anillo al dedo señores, ¡vamos allá! son; la suiza Stadler y la española CAF, en ambos casos proponiendo una operación de M&A concéntrica, en la que tanto Stadler como CAF tienen lo que la falta a Talgo (un buen producto de cercanías) y Talgo lo que le falta a ambas (un excelente producto de larga distancia así como de alta y muy alta velocidad).
Lo de Stadler creo que se sujeta al amparo de los múltiples contratos de cercanías ganados en España, algo que desde luego animará a Stadler a valorar la adquisición y a acercarse a los 6.000 millones de euros de capitalización. La suma de las partes ayudará a la compañía a competir de tú a tú con la francesa Alstom en la alta velocidad (en cercanías ya lo hace) y en la larga distancia con Siemens (Talgo le comió la tostada con el lote de 100 trenes de larga distancia por su piso bajo).
Lo de CAF encaja perfectamente con la teoría de la vejiga, una teoría que habla del mal endémico de las compañías cuando tienen exceso de liquidez, y es que cuanto mayor es la liquidez que acumulen en la tesorería, mayor será la presión para miccionarla, así lo describe Mr. Lynch. Por lo que, y siguiendo con mi tesis, tras el fracaso en la compra de Thales (Hitachi se llevó el gato al agua), CAF tiene mucha presión por ver qué hace con una liquidez que destinada a Talgo, con los precios que cotiza en bolsa, indiscutiblemente no supondría una peorificación.
Por lo que señores míos, es muy probable que vivamos momentos interesantes en el sector ferroviario, pero si prestamos la suficiente atención y tenemos por norma fijarnos en el margen de seguridad que nos ofrece una compañía llena de vigor empresarial, ebullición sectorial y una opción factible para que los tiburones de M&A hagan su agosto, es imposible no fijarse en Talgo.
Cierto es que dirán que en Blackbird llevamos años hablando de Talgo, pero sin duda, si miramos más allá de la cotización nos encontramos con un constante renovado interés por comprar acciones de Talgo, pues al fin y al cabo el truco no está en aprender a confiar en tus sentimientos más viscerales cuando una cotización no se dispara, sino en disciplinarse para saber ignorarlos. Mantener las inversiones mientras que los fundamentales no hayan cambiado es una norma elemental que tanto en el mercado como en la vida, nos llevan a la victoria, y como ya les había adelantado previamente, el mío es el bando ganador, ¿me acompañan?
Gisela Turazzini, Founder CEO de Blackbird Bank.